Male gaze y la forma de presentar a las “mujeres ideales”

La "mirada masculina" es un término que nació en 1973, creado por la cineasta, Laura Mulvey, donde lo explica en su ensayo "Placer visual y cine narrativo".

El término male gaze o mirada masculina es una referencia a la representación de la mujer en el mundo como objeto sexual, desde la perspectiva del hombre heterosexual.

Estas representaciones suelen observarse en el mundo cinematográfico, la literatura, el arte plástico y la vida cotidiana. Actualmente, el término ha tomado mayor relevancia por su crítica a cómo se representa la figura de la mujer.

La mujer vista como objeto

En 1973, Laura Mulvey, teórica de cine británico, habló por primera del male gaze, en su ensayo académico Visual Pleasure and Narrative Cinema.

Ella lo relaciona con la teoría del psicoanalista Sigmund Freud sobre la escopofilia, que habla del placer sexual que se tiene viendo las actividades y órganos sexuales de otras personas.

Mulvey explica que, en el caso del cine, el entorno de una sala (luces apagadas, estar separados en butacas, el brillo de la pantalla que te envuelve, etc.) da la sensación al espectador que no lo están viendo y por eso, puede disfrutar cómodamente lo que hay en la pantalla y relacionarse con ello.

De acuerdo a Mulvey, este fenómeno pone al hombre como el sujeto activo (el que ve), mientras que a la mujer como el objeto pasivo (la que es vista).


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Lo que cuenta es lo que provoca la heroína o, más bien, lo que representa. Ella es, el amor o el miedo que inspira en el héroe; o la preocupación que siente hacia ella, que lo hace actuar del modo que lo hace.  La mujer por sí sola, no tiene la menor importancia”, cita Laura Mulvey a Budd Boetticher en su ensayo.

La presencia de una mujer es indispensable en la narrativa de una película, pues su figura trabaja en el desarrollo de la historia, al congelar el flujo la acción en momentos de satisfacción erótica. Esta presencia ajena, normalmente se integra con la historia.

Comúnmente, la aparición de la mujer en la pantalla ha funcionado como un objeto sexual o erótico para los personajes masculinos de la historia y para los espectadores fuera de la película.

Es decir, casi siempre se ve a la mujer desde la perspectiva del hombre.

La mirada masculina determinante, proyecta su fantasía sobre la figura femenina. […] Las mujeres son vistas y representadas simultáneamente, con su apariencia para tener un impacto visual fuerte y erótico, de manera que pueda decirse que connotan ser miradas”, indica Mulvey.

La exposición del cuerpo de la mujer siempre está presente, ya sean sus piernas, pechos, cintura o curvas. La escena de la película The Seven Year Itch, protagonizada por Marilyn Monroe, es considerada un ejemplo de male gaze.

De acuerdo al término, algunas películas del cine actual, donde hay presencia de mujeres protagonistas o poderosas, se continúa resaltando el cuerpo, incluso, con el uso de cámara lenta.

Repercusiones psicológicas

Citlalli Honorato Gabriel, psicoterapeuta formada en la BUAP, comenta en entrevista con Poblanerías que, gracias al male gaze y cómo proyectan a la mujer en los medios, se ha creado un ideal de mujer, sobre cómo deben lucir y actuar.

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El estar acostumbrados a verlo de esa forma, afecta de manera psicológica a la mujer e impide un desarrollo libre sobre su persona.

Es un factor que influye en cómo las mujeres van construyendo su identidad desde pequeñas. Todo lo que vemos acerca de qué es ser mujer y qué se espera de una, se empieza a interiorizar y de ahí empezamos a construir un marco de referencia”, explica Citlalli Honorato.

También afecta de manera psicológica al hombre, ya que crecen y viven con la idea de que una mujer debe lucir y actuar como la ven en el cine, en las revistas, en los anuncios, etc.

¿Qué pasa cuando una mujer no cumple con los estándares de belleza proyectados?

Lo primero que se ve afectado es la autoestima, donde, Citlalli asegura que en la psicología es uno de los pilares que sostienen la identidad de una persona.

Entonces, los problemas de autoestima pueden aparecer en una edad temprana y desencadenar otras enfermedades mentales como la depresión, ansiedad o trastornos alimenticios.

Frente a este problema, la psicóloga aconseja tratar de construir relaciones sanas con uno mismo, buscar la salud mental, deconstruir el pensamiento y no dejarse llevar por los estereotipos que se imponen.

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Female gaze

En contraste, Female gaze o mirada femenina es un término un poco más reciente, que busca crear nuevas narrativas y proyecciones de la mujer en los medios.

A diferencia de la mirada masculina, no busca resaltar el aspecto físico del hombre que, aunque hay veces que en las películas lo muestran, normalmente es para resaltar lo fuerte y poderoso que es.

Este término busca darle la perspectiva de la mujer a la audiencia, de la mano de escritoras, productoras y directoras, donde la mujer es protagonista y no es necesario resaltar su cuerpo para un placer masculino.

 

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POB/LFJ