OPINIÓN: La ventana por la que nos miran

El informe muestra que la confianza en los medios profesionales se va recuperando y cada vez menos personas creen en lo que leen en redes socio digitales.

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La semana pasada comenté parte de los resultados del informe de Indicadores de Desarrollo Mediático en México, elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) y la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y sobre la percepción que las y los periodistas tenemos de nuestra situación real.

Fue apenas una visión muy superficial y sobre uno de los enfoques de este interesantísimo estudio que se dividió en dos: la encuesta con profesionales de la información y la encuesta con las audiencias.

¿Cómo nos ven las audiencias?

Un dato muy relevante es que 43 por ciento de las personas dijo haber encontrado contenidos discriminatorios en la información periodística.

No es cosa menor, porque ciertamente muchos medios y periodistas continúan utilizando lenguajes ofensivos para referirse a las personas, especialmente si pertenecen a grupos tradicionalmente vulnerados.

Aquí también hemos insistido en la urgente revisión de principios éticos en la prensa y en el periodismo.


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Pero en sentido muy positivo hay datos que este informe destaca. Ocho de cada diez personas encuestadas dice que las y los periodistas sí cumplen con su labor informativa, aunque el 69 por ciento reconoce que persiste la censura y limitantes en el libre ejercicio de la libertad de expresión.

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Resulta interesante que el público dice confiar más en personas que conoce y en los medios de información, por encima de las autoridades gubernamentales. Sin embargo, esto no significa que las personas confíen más en lo que publican los medios por encima de la información oficial.

En sentido positivo, este informe de Unesco y la UANL muestra que la confianza en los medios profesionales se va recuperando y cada vez menos personas creen en lo que leen en redes socio digitales, como consecuencia quizá de la excesiva desinformación que ha surgido a raíz de la pandemia por Covid-19.

Eso sí, los medios comunitarios e indígenas gozan de mayor credibilidad que los medios comerciales.

Si lo vemos fríamente, este informe indica que las y los periodistas debemos de voltear a las audiencias, apelar a sus necesidades de información y ofrecerles historias que realmente les sirvan de algo. En sentido estricto es regresar al principio del periodismo de interés y servicio público.

Este estudio puede leerse completo aquí.

Pueden contactarme en Twitter, a través de:

Andrés Solís A. es periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de Buenas Prácticas para la Cobertura Informativa sobre Violencia”.


POB/RPC