
Este fin de semana, Max Verstappen consiguió su tercer triunfo de manera consecutiva al ganar el Gran Premio de Austria. Y vaya forma de hacerlo. El neerlandés se convirtió en el piloto más joven en conseguir un Grand Slam, al ganar la carrera liderando durante todas las vueltas, partiendo desde la pole position y marcando la vuelta más rápida. Mercedes debió conformarse con la segunda posición, obtenida por Valtteri Bottas, pero el campeonato parece definitivamente cuesta arriba.
Un error condenó a Checo. El piloto mexicano cumplió 200 apariciones en Fórmula 1 con un Gran Premio para el olvido. El intento de rebase sobre Norris al inicio de la carrera puede calificarse como un error para un piloto con la experiencia de Pérez, quien debió construir con mayor paciencia un rebase que iba a ocurrir tarde o temprano.
Puede entenderse el deseo de Checo por rebasar a Norris con tanta urgencia: El británico ha mostrado tener un auto lo suficientemente competitivo para no permitir el rebase, pero que al mismo tiempo sufre de un déficit de rendimiento que lo aleja de los competidores de punta. Para muestra, Hamilton se quedó “atrapado” detrás de Lando unas 20 vueltas, mientras Verstappen se escapaba al frente.
La impaciencia de Checo echó por los suelos un potencial 1-2 para su equipo.
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McLaren, sólido tercero. A McLaren le urge que Ricciardo despierte. El equipo ha probado tener un auto con rendimiento adecuado y en franco ascenso, con suficiente potencia para separarse en las rectas, y con pilotos talentosos que hacen difíciles los rebases en las curvas.
No obstante, el australiano sigue padeciendo para adaptarse a su (no tan) nuevo auto, mientras que Norris se sigue consolidando al frente de la parrilla. Al momento, el británico sigue manteniendo el récord de ser el único piloto que ha obtenido puntos en cada Gran Premio.
Gran Bretaña, última llamada para Mercedes. Aunque Toto Wolff ha asegurado que su equipo ha dejado de enfocarse en el desarrollo del W12 para meterse de lleno a diseñar el auto de 2022, esperamos que el equipo presente un último paquete de actualizaciones durante el Gran Premio de Gran Bretaña.
Parece ser la última llamada para el equipo campeón, que de momento no ha encontrado cómo plantarle cara a un Red Bull que por fin parece tener la fórmula adecuada para llevarse los campeonatos de pilotos y de constructores.
Todo parece indicar que Wolff y compañía han decidido apuntar todo hacia el desarrollo de 2022, que será la base no solo de ese año, sino de los siguientes. Ojalá que Red Bull no eche por la borda ese potencial futuro a cambio del campeonato de 2021.
Penalizaciones al por mayor. La dirección de pista distribuyó numerosas sanciones a varios pilotos, empezando por Vettel durante la sesión de calificación. Algunas de las sanciones fueron exageradas, como la de 5 segundos sobre Norris por la maniobra con Checo. Por otro lado, el mismo Pérez se hizo acreedor a una doble sanción de 5 segundos por sendas maniobras contra Leclerc; la primera de ellas, merecida. El mexicano incluso se disculpó con el monegasco después de la carrera.
El que no tiene perdón es Yuki Tsunoda, quien fue castigado por no respetar *dos* veces el límite del carril de entrada a boxes. Esto no debería ser admisible ni para un novato.
Russell, suerte para la siguiente. Aunque George Russell consiguió la primera aparición de Williams en Q3 desde 2018, el británico no logró convertir esta buena posición de calificación en la primera cosecha de puntos para su equipo en 2021.
A tan solo tres vueltas del final, Alonso rebasó a Russell, dejándolo fuera del top ten. Después de la carrera, el español se acercó al joven piloto en un gesto deportivo y personal que dice mucho del veterano de Alpine.
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Cuando cae la bandera verde, las luces del semáforo se apagan y comienza la acción. Espacio dedicado al análisis de Fórmula 1: hechos históricos y actuales sobre los equipos y los pilotos que crean cada Gran Premio.
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POB/PCL