
Muchos la conocen por haber sido esposa del poeta mexicano, Octavio Paz, pero Elena Garro, escritora poblana, fue mucho más que eso. La controversia le pone sello a su vida.
Nacida en la ciudad de Puebla, el 11 de diciembre de 1916, Elena Delfina Garro Navarro fue una escritora de novelas, cuentos, teatro, poesía, y periodista.
Se casó con Octavio Paz el 24 de mayo de 1937, con quien tuvo una hija: Helena Paz Garro, y se divorciaron en 1959.
Elena falleció el 23 de agosto de 1998, a los 81 años de edad, en la ciudad de Cuernavaca por un paro cardio respiratorio, derivado de un cáncer de pulmón;
Movimientos representativos
Aunque Elena Garro lo rechazaba, historiadores la ponen como la precursora del realismo mágico, incluso antes que el escritor Gabriel García Márquez con el libro Cien años de soledad.
El realismo mágico es un movimiento literario hispanoamericano, caracterizado por la inclusión de elementos fantásticos durante la narración o mostrar lo irreal como cotidiano.
El libro de Los recuerdos del porvenir (1963) de Garro Navarro es considerado como una obra maestra de este movimiento; sin embargo, Elena consideraba el realismo mágico como una etiqueta mercantilista.
“Era la esencia de la cosmovisión indígena, por lo tanto, no era nada nuevo bajo el sol”, relata Patricia Rosas Lopátegui, autora de la única biografía de Elena Garro, en entrevista para el medio El Mundo.
Otros autores destacados en el realismo mágico —además de García Márquez— son Juan Rulfo, Jorge Luis Borges y Laura Esquivel, entre otros.
Teatro de lo absurdo y feminismo

Elena Garro también fue una figura de la dramaturgia mexicana y se destacó en el movimiento de teatro de lo absurdo, el cual se caracteriza por tener fuertes rasgos existencialistas y cuestionar a la sociedad y al humano.
Sus obras de teatro más destacadas fueron Felipe Ángeles (1967), Un hogar sólido (1958), el cual ganó el Premio Xavier Villarrutia; La señora en su balcón (1957).
Dentro de algunas de las obras mencionadas, Garro tocaba ciertos temas feministas, como en el libro Andamos huyendo Lola (1980), donde buscaba tocar aspectos que no se hablaban en esa época de —todavía más— machismo y opresión.
‘La escritora maldita’
A mediados de los años 60, tuvo un acercamiento político con el PRI y su reformista, Carlos Madrazo, a quien le brindó su apoyo públicamente en todo momento.
En 1963, medios aseguraron que en el informe del asesinato del presidente John. F. Kennedy, se menciona un supuesto encuentro entre Lee Harvey Oswald —el presunto asesino— y Elena Garro antes de la muerte del presidente, lo que llevó a la CIA se seguirla de cerca.
Todo lo anterior, la llevó a ser sospechosa de ser espía e informante, lo que, realmente, nunca se comprobó.
Por otro lado, durante los movimientos estudiantiles de 1968, Garro tuvo una actuación muy polémica, la cual fue determinante en su vida personal, pues la llevó al exilio y dejó de escribir.
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Elena Garro asistió a reuniones de la Asamblea de Intelectuales, Artistas y Escritores en apoyo al Movimiento Estudiantil por su “calidad de escritora”, sin embargo, Garro siempre declaró que no simpatizaba con el movimiento, de acuerdo con Rosas Lopetágui.
El 5 de octubre de 1968, después de la matanza estudiantil, Sócrates Amado Campus Lemus, señalado entonces como uno de los líderes del movimiento, aseguró que Elena les había dicho que la causa necesitaba un “líder de redundancia y prestigio nacional” como Carlos Madrazo.

Foto: Karen Mojica
Tiempo después, Garro Navarro convocó a una rueda de prensa en la que no hubo papel de por medio y se proclamó contra los intelectuales de ese movimiento. Los periódicos aseguraron que delató a cientos de personas, entre ellos: Luis Villoro, José Luis Castañeda, Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas, Rosario Castellanos, entre otros.
Es por esto que, la escritora poblana fue denominada como “La escritora maldita” por su proximidad a personajes del PRI, el caso de Tlatelolco 68 y el el supuesto encuentro con Lee Harvey.
Después de la matanza del 2 de octubre, Elena Garro y Helena Paz comenzaron a recibir amenazas, el gobierno mexicano y la prensa le echaba culpas por lo sucedido; lo que las obligó autoexiliarse en Europa hasta 1993.
Vida personal

Hija de padre español, llamado José Antonio Garro Melendreras y de madre mexicana, llamada Esperanza Navarro; nació en Puebla, fue criada en Iguala, Guerrero durante la Guerra Cristera, su adolescencia y parte de su juventud la vivió en Ciudad de México.
Ingresó a la carrea de Letras Españolas en la UNAM, sin embargo no pudo terminarla ya que se casó con Octavio Paz en 1937, después de dos años de novios. Era amante de la danza, coreografía y teatro, por lo que colaboró en el Teatro Universitario.
Tras contraer matrimonio, Garro y Paz viajaron a Valencia (en medio de la Guerra Civil Española) cuando asistieron al Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. Ahí, conocieron a artistas revolucionarios como José Mancisidor, Juan de la Cabada, María Luisa Vera, entre otros.
Años después, el resultado de ese viaje fue el libro Memorias de España 1937, donde relata su experiencia con las diferentes personalidades de los intelectuales que también asistieron. “Iba a un Congreso de intelectuales antifascistas, aunque yo no era anti nada ni intelectual”, escribió en su libro publicado en 1992.
Durante su matrimonio, Octavio Paz mantuvo una relación con la pintora Bona Tibertelli de Pisis, por su parte Elena Garro se enamoró del escritor argentino Adolfo Bioy Casares, de quien jura fue la única persona de la que se enamoró.
La relación con Octavio Paz
La relación que hubo entre Elena Garro y Octavio Paz fue realmente muy mala, de hecho, la misma Garro Navarro se posicionó públicamente contra él.
En su biografía escrita por Patricia Rosas Lopátegui, la autora dice que, Elena intentó suicidarse en 1947 por la mala relación con su esposo. Sin embargo, fue hasta 1959 que firmaron el divorcio por notificación de Paz, quien solicitó un divorcio exprés sin el consentimiento de Garro.
“Yo creo que Elena Garro amó a Octavio Paz, pero pronto sintió el yugo del machismo y de la egolatría de Paz. Eran dos personalidades e ideologías opuestas.
Paz siempre en los linderos del poder y de la gloria, y Garro en defensa de una literatura crítica sin concesiones y en pro de las víctimas de los oligarcas. Paz en el poder; Garro en contra de él”, explicó Rosas Lopátegui para El Mundo.
Desde su patrimonio y hasta el día de sus muertes, nunca se llevaron bien, aseguró el investigador Peter Earle.
El escritor Carlos Landeros cuenta en su obra Yo, Elena Garro que, ella vivía enojada porque se casó con Paz “con engaños” y que siempre vivió reprimida, con sumisiones y frustraciones.
“Me casé porque (Paz) quiso, pero desde entonces nunca me dejó volver a la universidad. Me dediqué a ser periodista (desde 1940) porque él ganaba muy poco dinero entonces y porque eso no opacaba a nadie, sino que producía dinero. Y me dediqué a callar porque había que callar”, relata Carlos Landeros en su obra.
Después de la separación, Paz nunca dejó de apoyarla económicamente, sin embargo, por todos los años de infelicidad, Elena creó un rencor y se acumuló tanto que ella lo reconoció antes de su muerte:
“Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él y defendí indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy es contra él (…) en la vida no tienes más que un enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz”.
Premios a sus obras
Elena Garro ganó algunos premios por sus obras, lo que la llevaron a ser considerada una representante de la literatura mexicana.
- Xavier Virrarrutia por Los recuerdos del porvenir en 1963
- Grijalbo por Testimonios sobre Mariana en 1981
- Bellas Artes de Narrativa Colima para la Obra Publicada por Busca mi escuela y mi primer amor en 1996
- Sor Juana Inés de la Cruz con Busca mi esquela en 1996
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POB/PCL