“El albur no debe haber malas palabras, pero sí mucha sagacidad verbal para responderle al otro y divertirse”, solía decir Lourdes Ruiz Baltazar, conocida como la “Reina del Albur”.
Estas frases que, con humor y picardía hacen referencia al sexo y a los genitales son parte de la cultura popular mexicana, es donde Pilar y Ramón Colmenares han encontrado una oportunidad de negocio.
Se trata de “Las Pilingas”, una wafflería ubicada en Tlaxcalancingo, Puebla, que ofrece productos en forma de pene y ha sido sensación en redes sociales.
En entrevista con Poblanerías.com Pilar Colmenares platica cómo surgió la idea del concepto y la aceptación que ha tenido entre los consumidores poblanos:
“No queríamos caer en este tema vulgar. Queremos que sea un nombre y concepto alegre, divertido, pero sin llegar más allá. También es un nombre que se queda grabado y la gente se divierte: ‘¿quieres pilinga?, ¡vamos por una pilinga!’”

Pedir una “pilinga” es un proceso que inicia con la pena, risa y culmina con albur. Para Pilar, esta fórmula ha funcionado con la mayoría de sus clientes.
“Creo que los clientes lo disfrutan bastante, es divertido atender el negocio, es mucho albur y risas. Hay personas que vienen un poco apenadas, se ríen y no pueden pedir la pilinga. Pero en general, lo disfrutan bastante y les parece innovador”.
¿Cómo preparan las pilingas?
Cada pilinga mide 17 centímetros. Para cocinarla, la mezcla para el waffle se vierte sobre una plancha con forma de pene y puede hacerse dulce o salada, dependiendo de la masa con la que se prepare.
Por ejemplo, para las pilingas dulces se puede elegir entre dos sabores: la clásica que tiene el sabor tradicional de un waffle, o bien, de chocolate, que es tipo brownie.

Una vez que se elige la masa, el cliente puede armarla con lo que se le antoje.
Primero debe escoger un relleno ya sea cajeta, miel, lechera, Carlos V, fresa, frambuesa o nutella. Luego selecciona una cobertura de tres tipos de chocolate: tradicional, rosa o blanco.
Lee también: De la calabaconcha al pan ataúd: el ingenio gastronómico por Día de Muertos
El siguiente paso es elegir toppings: galleta oreo, lunetas, chispas de chocolate, chispas de colores, chocoretas, coco rallado, crema batida o fresas.
Y por último, dice Pilar, es el final feliz al que le llaman “la chorreadita”. Para este líquido, se elige entre: chocolate tradicional, chocolate rosa, chocolate blanco, miel, lechera, cajeta o chocolate Hershey’s.

Mientras que, las saladas se preparan con masa para pizza y pueden pedirse de salchiqueso o la pilinga pizza.
Ahora, por temporada, tienen un producto más. Se trata de “La Tiesa” una pilinga hecha con pan de muerto, similar a una hojaldra.
El negocio tiene tres meses de haberse fundado. Pero, a pesar del corto tiempo, Pilar y Ramón consideran que la variedad en los sabores y la forma de sus productos, es lo que les ha dado un valor agregado.
“El concepto es algo que llama muchísimo la atención. Lo vemos en redes sociales hasta la gente que pasa por aquí afuera. Se detienen a ver las lonas que están afuera y ver la forma de la pilinga y entran y nos preguntan: ‘oye, ¿de qué son?, ¿de dónde les surgió la idea?’”, comenta Pilar.
¿Dónde comprar una pilinga?
Las Pilingas, que podrían considerarse un postre en Puebla, se ubica en Avenida Orion Norte 113 Tlaxcalancingo, a un costado de la Universidad Anáhuac. Abren de martes a domingo, en un horario de 4 de la tarde a 8 de la noche.
Así son Las Pilingas
Texto: Lizeth Flores Jácome
Multimedia: Juan Carlos Sánchez
Asistencia: Pamela Camacho
—
POB/LFJ