El cadáver de un bebé de aproximadamente tres meses, fue encontrado en un basurero dentro del Centro de Reinserción Social (CERESO) de San Miguel, en Puebla.

Aparentemente, el cadáver ingresó junto con basura al área de plásticos del centro penitenciario; estaba cubierto con cal y dentro de una bolsa, según publicó el pasado 12 de enero el portal Municipios Puebla.

De acuerdo con documentos que también fueron encontrados dentro de la bolsa, el bebé pudo haber ingresado al penal el 5 de enero.

Sobre esto, la organización Reinserta condenó el hecho y señaló que este acto es “producto de la corrupción y el autogobierno” que se vive dentro del penal, uno de los peores evaluados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

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Saskia Niño de Rivera, de Reinserta, aseguró que el cadáver del bebé, de sexo masculino, fue encontrado por otro interno del penal y que el cuerpo presentaba una incisión a la altura del abdomen, lo que les hace sospechar que pudo haber sido usado para el ingreso de drogas, dijo en entrevista para Milenio.

Lo que sabemos es que el bebé tiene una incisión en el abdomen, lo cual también nos da a entender que quizá haya sido usado para ingresar droga dentro de la cárcel”.

Según Saskia Niño de Rivera, se investiga si el bebé ingresó muerto al penal, lo cual considera también es un hecho grave, pues ninguna autoridad se dio cuenta.


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¿Cómo puede ser que las autoridades no se hayan dado cuenta que ingresó un menor, muerto o vivo, y que nunca egresó del penal? ¿Cómo puede ser que no se dieron cuenta que había un bebé dentro de un basurero, y que fue por otro interno que encontró el cadáver?”, dijo.

Por su parte, Reinserta reprobó la falta de implementación de protocolos de ingreso y la falta de espacios seguros para que los menores estén en contacto de forma segura con sus familiares privados de la libertad.

Hasta este 14 de enero, ni la Fiscalía General del Estado de Puebla, ni la Secretaría de Seguridad Pública han informado sobre estos hechos.

 

 


POB/LFJ