Julieta Escobar es una maratonista poblana que, vistiendo el traje de China Poblana, ha sumado kilómetros de ayuda para menores con síndrome de West en México.
En entrevista con Poblanerías.com, Julieta cuenta cómo nació la “China Poblana corre con causa”, con la que ha podido contribuir a que niños y niñas con este padecimiento, puedan tener aparatos ortopédicos que les auxilie en su vida diaria pues el síndrome de West es una enfermedad que provoca epilepsia severa y de difícil control.
Todo inició hace casi ocho años, cuando a su hija –de apenas unos meses de nacida– fue diagnosticada con el Síndrome de West. La noticia fue devastadora y tuvo que buscar actividades recreativas que la ayudaran a sobrellevar la situación. Animada por su esposo, Julieta comenzó a correr.
“Mi esposo me dice, ¿por qué no haces algo que te guste? y yo dije pues tal vez correr, que es tan fácil como ponerte unos tenis. Y ahí comenzamos a correr, con causa, con fe, con mucho corazón para poder ayudar a mi hija”.
En cada paso, cada entrenamiento, cuenta, siempre dedicaba una oración y el esfuerzo hacia la salud de su hija. Así, se preparó para correr su primer maratón en 2016 en Puebla.
“Yo le dedicaba cada paso, pidiendo una oración y ofreciendo ese trabajo, ese entrenamiento para que mi hija sanara. Viene mi primer maratón, en Puebla, y logramos esos 42.195 kilómetros de esperanza, como mamá, sin traje de china poblana”
Cuenta que, 20 días después de haber terminado el maratón, acudió a una cita médica con su bebé y ahí, el médico les dijo que la niña había sanado y ya no había rastro del Síndrome de West.
“A los 20 días nos dice el médico, su hija sanó. Desde ese momento, yo me hice la promesa de que correría por más pequeños con esta enfermedad”
Con la convicción de ayudar a más niños, Julieta buscó acercarse a asociaciones que dieran orientación y acompañamiento sobre el síndrome de West; y así, llegó a la fundación Camina Junto a Mí, que –actualmente– atiende a cerca de cien familias en todo México.
Inspirada en Juan Diego Maratonista por la Paz, Julieta decidió vestir de China Poblana en las próximas carreras, con el objetivo principal de que la gente la viera y se enterara sobre el síndrome de West.
Eligió vestir de la China Poblana, porque considera es un personaje que representa a una mujer guerrera y su relación con la fe.
Pues, en sus últimos años de vida, Catarina de San Juan, mejor conocida como la China Poblana, dedicó a las prácticas religiosas; dependió de la caridad y se le comenzaron a atribuir milagros, pues según ella, dialogaba con Cristo, con los santos, con los ángeles y con el diablo; sus confesores la llamaban la Visionaria de Puebla.
Los jesuitas la nombraron Catarina de San Juan y en su forma de vestir conservó algunos artículos típicos de su tierra natal.
Cuando Catarina de San Juan murió en 1688, fue enterrada con honores fúnebres y sus restos quedaron entre la sacristía y el altar mayor de la Iglesia de la Compañía de Jesús.
“Ella en los últimos días, dedicó sus momentos de mucha fe y ayuda. Eso me llamó la atención y dije, no hay nadie que corra como China Poblana, y más llevando las raíces poblanas a donde Dios me permita ofrecer mis pasos por más niños. En ese entonces no consideré lo difícil que podía ser”.
En un inicio, Julieta corría con un disfraz y posteriormente confeccionó un traje bordado con lentejuelas que pesa tres kilos. Para poder correr con el traje, necesita entrenar fuerza en la pisada, para que pueda ir a una velocidad un poco rápida y también dentro de loso entrenamientos, viste con el traje.
Con todo y traje, ha completado el maratón en 4 horas 21 minutos.
De esta forma, cada año “abre la causa” para correr kilómetros de esperanza en un maratón. El proyecto consiste en buscar una silla especial para niños con Síndrome de West, ver su precio (que oscilan entre 20 mil y 40 mil pesos) y sobre eso, dividir los kilómetros para recibir los donativos.
Así, la gente puede sumarse comprando la distancia, que pueden ser desde metros o kilómetros. Con lo recaudado, la fundación compra la silla y la dona a la niña o niño que lo necesite.
“Por ejemplo, este año en el maratón de la CDMX, los kilómetros que yo recorrí portando el traje, la gente iba donando y apartando los kilómetros, entonces la gente podía donar medio kilómetro, 100 metros, lo que gustara y que fuera representativo en monto donativo para que lográramos entre todos juntar los 42 kilómetros de esperanza y entregar una silla de ruedas”.
Hasta ahora, con los kilómetros de esperanza, seis niños de la fundación han recibido una silla que les permita llevar una vida digna.
A través de redes sociales, la China Poblana también hace llamado para acopiar medicamentos; las personas que deseen contribuir con la causa, pueden visitar su perfil de Instagram: @chinapoblanacorreconcausa
Entrevista: Lizeth Flores Jácome
Producción: Juan Carlos Sánchez Díaz
Asistencia en producción: Karen Mojica, Carlos Fabián Velázquez, Jessica Bonilla y Alejandra Fuentes.
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POB/LFJ