Este martes la noticia fue la caída de un misil en un hospital en la Franja de Gaza.
Los primeros reportes indicaban que milicianos palestinos habrían cometido un error al disparar su misil, una versión que fue “confirmada” (convenientemente) por los servicios de inteligencia israelíes, confirmación que de inmediato retomaron medios occidentales.
¿Qué percepción queda con esta versión? Que son palestinos asesinando palestinos.
¿Quién se beneficia con esta versión?
En todas las guerras, además de la pérdida de vidas, la primera gran víctima es la verdad y esto ha sido comprobado y documentado al menos en los conflictos que hemos vivido en los últimos 150 años en que ya podemos hablar de un periodismo moderno.
Hasta el último día la Alemania Nazi mantuvo la mentira de que iban ganando la guerra, así como George Bush mantuvo por años su falsedad de que Irak tenía armas de destrucción masiva, su mejor pretexto para invadir aquel país hace dos décadas.
Lo que hace falta es periodismo profesional en un contexto donde es difícil tener datos certeros en el corto plazo.
El trabajo de informar sobre conflictos debe siempre partir de que la primera certeza que tenemos es, paradójicamente, el caos, y el caos hay que ordenarlo con información verificada.
Tras la caída del misil los medios internacionales comenzaron a especular con la cifra de víctimas. Unos decían que fueron 200, otros hablaban de 500 personas fallecidas.
De repente todos se fueron con la versión de la agencia española EFE, pero al principio la propia agencia no citaba una fuente.
Horas después EFE reconfirmaba las 500 muertes con declaraciones de un portavoz del Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza, institución que no emitió ningún comunicado oficial.
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Este es sólo un ejemplo de cómo la cobertura periodística de un conflicto no puede darse a partir de especulaciones ni de las versiones no confirmadas de un medio.
Ya en alguna ocasión un periodista ganador del Premio Pulitzer fue despedido de The New York Times, luego de reconocer que mentía en la información que enviaba sobre la invasión estadunidense a Irak.
El mal periodismo en contextos de guerra sólo ayuda a reproducir mentiras que convienen a alguna de las partes y el primer gran error de cualquier medio y periodista es tomar partido.
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Andrés Solís A. es periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de Buenas Prácticas para la Cobertura Informativa sobre Violencia”.
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POB/LFJ