Hace unos días, les platicaba sobre el ahorro a largo plazo y dejamos el tema pendiente del ahorro específico, como los fondos de contingencia, o las tandas.
¿Es posible, independientemente de cuánto cobremos, vivir una vida económica relajada y sin sobresaltos? Sí. Sí es posible.
He tenido la fortuna de asesorar a empresarios de los más variados tipos. Algunos ganan millones cada mes y, de alguna manera, se las arreglan siempre para sobrevivir al borde del colapso económico. Otros, con ingresos que para algunos parecerían modestos, viven con bastante holgura… ¿Por qué ocurre esto?
Bueno… permíteme dejar algo claro. No te engañes. Los problemas de dinero no se resuelven con más dinero.
Partamos del hecho de que el ahorro es una forma de vida. Es una verdad que si quieres hacerte de un capital, tienes que gastar menos de lo que ganas. No hay más. ¿Quieres gastar más? Perfecto. Tienes que ganar más. Así de simple, así de complejo.
Primero lo primero. Hacer un presupuesto.
Haz una lista de tus gastos mensuales. Incluye el pago de tus tarjetas de crédito. No el pago mínimo. Tienes que considerar el pago para no generar intereses. Si no te alcanza, es hora de dejar de usar la tarjeta de crédito.
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En la mayoría de los estados de cuenta de las tarjetas de crédito, viene la cantidad que necesitas pagar mensualmente para liquidar tu deuda en 12 meses. Es de mucha utilidad. Incluye esa información en tu presupuesto. Si aún así no te alcanza, ten paciencia. Quizá te tome más tiempo que doce meses, pero recuerda, no es una carrera de velocidad, es de resistencia.
No te compares.
Seamos honestos. Quizá no necesitas esa camisa de marca, o ese celular de última generación. No es de primera necesidad ese auto de agencia. Si respiras, y dejas reposar el impuso de comprar al menos una semana, seguro no lo compras. Si para pertenecer a tu grupo de amigos requieres ciertos gastos, y tu presupuesto no da para eso, lo siento mucho, es hora de cambiar de amigos.
Puedes ver videos de cultura financiera en lugar de escuchar podcast de las últimas novedades tecnológicas, por poner un ejemplo. Eso ayuda a cambiar tus hábitos de consumo. Rodearte de amigos ahorradores, es otra estupenda idea.
El tiempo siempre está de tu lado
Si tienes calma y gastas menos de lo que ganas, no importa cuánto tiempo tardes, eventualmente saldrás de cualquier deuda.
Independientemente de cualquier circunstancia económica que estés viviendo, es importante considerar en tu presupuesto alguna cantidad de ahorro. Si solo puedes considerar 200 pesos semanales para alguna emergencia médica, no importa. Al cabo de 4 años tendrás 41,600 pesos. Esto se llama fondo de contingencia.
No te preocupes porque sea muy pequeña la cantidad que ahorres, recuerda, el tiempo siempre está de tu lado.
El ahorro programado
Si requieres pagar algo de manera anual, como el seguro del auto, o el aguinaldo de los empleados de tu tienda, puedes dividirlo de manera semanal. Así será más fácil.
Para la renta del local o la luz de la tienda, puedes separar de manera diaria la parte proporcional. Así lo haces con las tandas. Sólo que el dinero siempre lo tienes tú.
Si tienes controlado tu presupuesto, ahora intenta ahorrar por porcentaje. Puedes ahorrar un 5% del total de las ventas para esa remodelación de tu casa que tanto has soñado.
El ahorro es el principio de sólo cosas buenas
El ahorro no es lo mismo que la inversión. De la diferencia hablamos en otra ocasión. Pero es el primer escalón.
El ahorro es una manera de vivir. Es uno de los mejores hábitos que se pueden cultivar. No tiene que ser un sacrificio, ni tienes que renunciar a los placeres o a esos gustillos culposos de manera permanente. Visualízate con ese auto nuevo, o en esas vacaciones de ensueño, y date el lujo de pagar de contado. Sí se puede.
La clave está en fijar tus prioridades.
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POB/KPM
Alejandro Lozano dirige una firma contable con 22 años de experiencia asesorando a las empresas en la gestión de trámites.