La reciente declaración sobre la posible imposición de un arancel del 25% a productos mexicanos que ingresen a Estados Unidos, impulsada bajo el argumento de proteger la economía estadounidense y reforzar su política migratoria, tendría consecuencias para el comercio binacional, afectando a la industria automotriz, los bienes electrónicos y los productos agrícolas.

¿Cómo se vería afectada la economía del país ante los aranceles del 25?

En rueda de prensa, Anselmo Chávez Capó, profesor investigador en Administración Financiera y Bursátil, analizó las posibles repercusiones de los aranceles propuestos por Donald Trump en la economía mexicana. Chávez Capó destacó que una medida como esta no solo afectaría a la industria automotriz, sino también a otros sectores clave, generando un impacto negativo en las exportaciones, el empleo y el crecimiento económico del país.

México, como principal socio comercial de Estados Unidos en varios sectores, exporta productos que representan cifras millonarias. La industria automotriz, por ejemplo, generó exportaciones superiores a 44,000 millones de dólares en 2023.

Esta cifra incluye automóviles, autopartes y maquinaria, lo que subraya la profunda integración de esta industria en la economía regional. Sin embargo, un arancel tan elevado encarecería los productos mexicanos en el mercado estadounidense, reduciendo su competitividad frente a fabricantes locales.

El impacto no se limitaría a la industria automotriz. Productos agrícolas como el aguacate, del cual el 90% proviene de Michoacán, también enfrentarían barreras que encarecerían su acceso para los consumidores estadounidenses.

Bienes electrónicos y de tecnología, como computadoras y unidades de procesamiento, también serían afectados, lo que pondría en riesgo una parte significativa del intercambio comercial entre ambos países, estimado en más de 1.5 billones de dólares en 2023, según cifras oficiales.


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La propuesta de un arancel del 25% a productos mexicanos impactaría gravemente sectores como la industria automotriz, agrícola y tecnológica
(Foto: Pexels)

Además del impacto directo en los precios y la competitividad, estas medidas podrían provocar un efecto dominó en la economía mexicana. Una menor demanda en Estados Unidos resultaría en la reducción de producción y empleos en México, especialmente en sectores clave como el automotriz y el agrícola.

Esto, a su vez, afectaría el flujo de remesas, que actualmente supera los 60,000 millones de dólares anuales y representa una fuente crucial de ingresos para muchas familias mexicanas.

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La economía regional también enfrentaría tensiones. Canadá, como tercer socio en el T-MEC, ha señalado preocupaciones similares, ya que comparte importantes cadenas de suministro con México y Estados Unidos. Productos clave como motores y autopartes, que dependen de un comercio libre de aranceles, podrían sufrir interrupciones, afectando la estabilidad económica del tratado comercial.

La volatilidad también se ha reflejado en el tipo de cambio. Tras las declaraciones iniciales sobre los aranceles, el peso mexicano registró una depreciación cercana al 0.9% en pocas semanas, alcanzando niveles de 20.65 pesos por dólar. Aunque algunos ajustes posteriores estabilizaron la divisa, el mercado sigue siendo vulnerable a los vaivenes políticos que acompañan estas declaraciones.

¿Cómo se vería afectada la industria automotriz en Puebla?

La imposición de un arancel del 25% a la exportación de automóviles afectaría significativamente a la cadena de suministro de Volkswagen en Puebla y, en consecuencia, a la economía estatal y nacional. La industria automotriz representa un pilar fundamental, no solo por su capacidad de exportación, que genera divisas cercanas a los 231 millones de dólares anuales, sino también por su impacto en el Producto Interno Bruto (PIB).

En la región conurbada de Puebla, el sector automotriz aporta entre un 30% y 35% del PIB, lo que subraya su relevancia económica. Una medida como esta encarecería los productos, afectando tanto al mercado como al empleo en la zona, donde muchos municipios dependen directamente de esta industria.

Volkswagen, que representa el 10% de los automóviles exportados, enfrentaría incrementos de costos cercanos al 10%, lo que se traduciría en alzas de precios de entre 40,000 y 60,000 pesos por vehículo en el mercado norteamericano.

Esto no solo afectaría la competitividad frente a fabricantes estadounidenses, sino que también complicaría la viabilidad de nuevos proyectos que la empresa planea desarrollar en Puebla. La dependencia de la región en la industria automotriz como cluster económico hace que cualquier reducción en la producción genere un efecto dominó en los trabajadores, proveedores y la economía local.

Además, otras armadoras extranjeras, como las de Corea del Sur, que también producen en México y exportan a Estados Unidos, podrían verse afectadas por estos aranceles. Estas medidas proteccionistas buscan favorecer la industria estadounidense bajo el pretexto de “beneficiar” a las economías locales, pero podrían tener un impacto negativo en cadenas de valor bien establecidas.

 

 

 

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POB/MMM