El 5 de enero de 2025, Santa María Coapan, junta auxiliar de Tehuacán, fue escenario de un evento que trasciende generaciones: la tradicional representación de la Batalla de los Reyes Magos.
Más que una representación teatral, esta fiesta es un acto cargado de historia, fe y sentido de comunidad. Sus raíces, que se remontan a más de 200 años, han sido relacionadas por algunos estudiosos con los autos de fe del siglo XVI.



Desde las primeras luces del día, los Reyes Magos se prepararon para la jornada en una pequeña ceremonia previa a la misa conocida como “alba”, que marcó el inicio de las festividades. El ambiente en Coapan se llenaba de fervor, perceptible en cada gesto y mirada de la comunidad. Familias enteras se reunieron para celebrar la vida, el nacimiento del Niño Dios y una tradición que une corazones, sin importar la edad.
El 6 de enero, la parroquia de Santa María de la Asunción cobró vida con la Misa de los Reyes Magos, congregando a familias completas en un ambiente de fe y alegría. Padres e hijos se unieron para compartir el significado profundo de una tradición que ha moldeado la identidad de Coapan.


Durante el sermón, el sacerdote recordó los orígenes de esta práctica, cuando la parroquia dependía de la diócesis de Oaxaca. Además, destacó que la Batalla de los Reyes Magos no solo representa la llegada de los reyes al Niño Dios, sino también la lucha diaria de las familias coapeñas contra la desintegración familiar y los retos sociales que enfrentan, enfatizando la importancia de la unidad.
Tras la misa, los Reyes Magos realizaron una solemne adoración al Niño Dios antes de salir al atrio, donde el ambiente se tornó festivo. Risas y aplausos llenaron el aire mientras los Reyes distribuían pelotas y dulces entre niños y adultos. Este gesto sencillo pero significativo reflejaba la esencia de la celebración: compartir y fortalecer los lazos comunitarios.


Al mediodía, la jornada alcanzó su momento más esperado con la colocación de la Cruz de la Cofradía en la parte posterior de la parroquia, seguida por un desfile hacia el campo “Los Ceibos”, donde un graderío esperaba a los espectadores de la gran representación.
Los barrios de Coapan, con sus coloridas “comparsas de negritos”, se sumaron a la escena. Jóvenes y niños, ataviados con trajes tradicionales que fusionaban elementos indígenas y festivos, interpretaron a los diablos y otros personajes fantásticos que acompañaron el camino de los Reyes Magos.
La representación comenzó con diálogos que han perdurado a lo largo del tiempo. Los Reyes, en su travesía hacia Belén, se enfrentaron a los soldados de Herodes, encarnados por los icónicos “negritos”, quienes intentaron detenerlos. La batalla, llena de acción y colorido, desplegó coreografías que emocionaron a los asistentes y dieron vida al relato bíblico.



La Batalla de los Reyes Magos es mucho más que una celebración religiosa; es un símbolo de resistencia cultural y unidad comunitaria. Este espectáculo no solo conmemora la llegada de los Reyes al Niño Dios, sino que también exalta la identidad y la fortaleza de un pueblo que se une para preservar su legado.
La representación continuará el 13 de enero con la celebración de “La Octava”, liderada por las autoridades auxiliares. Aunque el ciclo de festividades concluirá, el eco de esta tradición seguirá resonando en Santa María Coapan, como un recordatorio de la unión, la resistencia y la celebración que caracterizan a esta comunidad.
Así fue la Batalla de los Reyes Magos
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POB/LFJ