Cada día, al menos 40 personas mueren en accidentes de tránsito en México, de acuerdo con el Informe sobre la situación de la seguridad vial, elaborado por la Secretaría de Salud.
La mayoría de esas muertes viales son de jóvenes y niños, quienes se han convertido en las principales víctimas de la inseguridad vial. Sin embargo, este problema sigue sin recibir la atención adecuada ni por parte de las autoridades ni de la sociedad, considera Lizeth Mejorada, activista.
En entrevista con Poblanerías.com, la integrante de la organización civil Manu Vive, habla sobre la falta de conciencia en torno a este problema, su impacto en las familias y las soluciones que podrían salvar miles de vidas al año.
Las muertes viales, una crisis de salud pública
Para Lizeth Mejorada, la seguridad vial no es solo un problema de movilidad, sino de salud pública; y que no tiene un impacto solo en México, sino en el mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que las muertes viales son la principal causa de muerte entre personas de 15 a 29 años en todo el mundo.
“No lo relacionamos con la salud pública, pero los siniestros viales matan más jóvenes que el crimen organizado o las adicciones”, explica Mejorada.
Además, señala que el 70% de las víctimas fatales son peatones, ciclistas o motociclistas, es decir, los usuarios más vulnerables de las calles.

En México, el impacto es aún mayor. Según datos recopilados por Manu Vive y la Coalición Movilidad Segura, el 60% de los atropellamientos terminan con el conductor dándose a la fuga, dejando a las víctimas sin auxilio inmediato.
¿Por qué los jóvenes mueren en las calles?
De acuerdo con Liz Mejorada, las principales razones detrás de esta crisis tienen que ver con exceso de velocidad, falta de infraestructura segura y escasa regulación.
Aunque la ley establece límites de velocidad, en la mayoría de las ciudades no se respetan ni se aplican sanciones efectivas.
“La velocidad es el factor clave. Si las unidades van a alta velocidad, la letalidad aumenta. Se puede atravesar un niño, un peatón o un ciclista, pero si el conductor va a 30 km/h en lugar de 90 km/h, las probabilidades de muerte se reducen drásticamente”, explica Mejorada.
Aunque en Puebla, por ejemplo, se han implementado zonas con límite de 30 km/h en hospitales y escuelas, pero su cumplimiento es irregular, opina.
Incluso en algunas áreas donde existían ciclovías seguras, como puede ser el caso de la Vía Atlixcáyotl, se han eliminado para dar paso a puentes vehiculares, aumentando el riesgo para peatones y ciclistas, señala.
Licencias sin control y automovilistas sin responsabilidad
Para Lizeth Mejorada, uno de los principales problemas que agravan la crisis vial en México es la entrega masiva de licencias de conducir sin exámenes adecuados.
En algunos estados, es posible obtener una licencia de manejo sin necesidad de realizar una prueba práctica, lo que permite que conductores tomen el control de vehículos sin conocer las normas de seguridad.

En Puebla –por ahora– no se aplican exámenes prácticos de manejo debido a que el gobierno del Estado no ha podido adquirir los simuladores, pues el costo es muy elevado; por lo que, se analizan otras formas de adquirir esa tecnología.
“Vivimos en un país donde se reparten licencias como dulces, incluso por internet, sin pruebas ni controles. Es como darle un arma letal a cualquier persona sin asegurarse de que sepa usarla”.
Además, la falta de castigos efectivos permite que los infractores reincidan. Por ejemplo, en Puebla, han ocurrido casos de conductores con más de 30 fotomultas que siguen circulando sin restricciones, comenta.
No hay un sistema de sanciones por puntos en la licencia, lo que hace que el pago de una multa sea el único castigo para quienes exceden la velocidad o conducen de manera imprudente.
Las soluciones: reducir velocidad y mejorar infraestructura
Frente a esta crisis, Lizeth Mejorada insiste en que existen medidas simples pero impopulares que pueden salvar vidas. Entre ellas:
- Reducir los límites de velocidad y aplicar sanciones estrictas.
- Implementar fotomultas con transparencia y un sistema de puntos en la licencia.
- Diseñar ciudades seguras para peatones y ciclistas, con infraestructura adecuada.
- Incluir educación vial en las escuelas y hacer exámenes obligatorios para obtener licencias.
- Obligar el uso de seguros de responsabilidad civil para todos los conductores.
“Las muertes viales no son inevitables. No podemos esperar a que alguien de nuestra familia muera para tomar conciencia. La seguridad vial debe ser prioridad en las políticas públicas y en la vida cotidiana de todos”, concluye Mejorada.
Una agenda de seguridad vial en la Asamblea Mundial
Como parte de su activismo, Lizeth Mejorada representará a la organización Manu Vive en la Asamblea Mundial de Jóvenes por la Seguridad Vial en Marruecos, donde se discutirán estrategias para exigir a los gobiernos acciones concretas para reducir las muertes viales.
“Queremos que la seguridad vial tenga el mismo impacto que el feminismo o los movimientos ambientales. Es una lucha por la vida y por el derecho a moverse de manera segura”, afirma.
Mientras tanto, en México, el reto sigue siendo enorme. Las cifras siguen aumentando y la falta de empatía de automovilistas, autoridades y sociedad en general sigue cobrando vidas.
La seguridad vial no es un tema menor. Es una crisis que se debe atender antes de que sea demasiado tarde, concluye Lizeth Mejorada.
Escucha la entrevista con Liz Mejorada
Producción: Juan Carlos Sánchez
Asistencia: Ana Fernanda Hernández
Entrevista: Lizeth Flores Jácome
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POB/LFJ