El debut de Bino Barreto: Cuando la música se atreve a cuestionar mitos

Bino Barreto presentó su canción “No me sabe igual” en un evento que combinó bohemia, crítica social y tradición musical.

El pasado 23 de mayo, la pulquería @el_palacio_negro se llenó de magia, bohemia y reflexión con el debut oficial de Bino Barreto y el lanzamiento de su primera canción, “NO ME SABE IGUAL”. Un evento que, además de agotar entradas en su primera edición del “Palomazo del Gordo”, dejó claro que la escena musical mexicana sigue viva, vibrante y dispuesta a romper moldes.

El lanzamiento fue producido por la casa productora @De_Gala, un colectivo creativo basado en Puebla que busca darle voz a proyectos que promueven el arte y la difusión cultural a través de la producción audiovisual, musical y en vivo. Mientras que @bryanmunozc fue el encargado de inmortalizar este evento a través de su fotografía.

La velada reunió a Uziel Tobón y Lily Ballester, dos propuestas que, como Bino, apuestan por la reinvención de la música folclórica mexicana. El resultado fue una noche donde la tradición y la innovación se dieron la mano, y donde la música, de verdad, estuvo buenísima. Los asistentes no solo disfrutaron de un repertorio impecable, sino que fueron testigos del nacimiento de un proyecto que promete dar mucho de qué hablar.

Lo que nos atrapa de Bino Barreto es una voz de presencia melancólica, combinado con sonidos de trova, tango, bolero y hasta percusiones inspiradas en el trap.

Bino Barreto
(Foto: Cortesía)

Su álbum debut, “El Gordo y la Flaca”, según sus propias palabras, explora ese espacio incómodo entre la crítica y la aceptación. Nos hace cuestionar esos relatos que nos han vendido como románticos, pero que en realidad están basados en relaciones de poder y por ende frustración.

El arte como catarsis en México

Uno de los grandes aciertos del proyecto de Bino Barreto es atreverse a tomar el arquetipo de la pareja Diego Rivera – Frida Kahlo y bajarlo del pedestal, desmitificándolo sin miedo. En un país como México, donde la cultura popular ha convertido a esta pareja en símbolo del amor apasionado y el arte revolucionario, resulta necesario cuestionar esa narrativa.

Porque, seamos honestos, detrás de los murales y los autorretratos, también hubo celos, traiciones, desigualdad, dolor y dinámicas de poder que hoy, vistas a la distancia, nos invitan a repensar qué historias queremos seguir idealizando.

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El arte como herramienta política, de reflexión y crítica social, en tiempos donde el discurso político parece agotado, la música, se convierte en ese espacio donde se pueden decir las verdades incómodas, donde se pueden abrir heridas para empezar a sanarlas. Bino Barreto lo entiende y lo abraza: su narrativa sonora es potente y emocional.

El álbum “El Gordo y la Flaca” no busca dar lecciones ni moralizar, sino mostrar cómo esas heridas afectivas del pasado siguen encontrando nuevas formas de manifestarse en las relaciones actuales.

Bino Barreto
(Foto: Cortesía)

Abrir esas heridas implica incomodarse, implica aceptar que lo que nos contaron como amor muchas veces era otra cosa: poder, dependencia, frustración. Pero también implica la posibilidad de encontrar nuevas formas de expresión y, sobre todo, de sanación. El arte, en este sentido, se vuelve una catarsis colectiva.

Apoyar lo nuestro

No puedo dejar de subrayar lo increíble que estuvo el ambiente en la bohemia de @el_palacio_negro. La energía, la complicidad entre artistas y público, la sensación de estar presenciando algo genuino y necesario.

Y es que cuando los proyectos locales se atreven a explorar nuestras heridas, a cuestionar nuestros mitos y a proponer nuevas formas de expresión, nos están compartiendo mucho más que música: nos están dando herramientas para entendernos y, quizás, para sanar.

Bino Barreto
(Foto: Cortesía)

Por eso, apoyar a artistas como Bino Barreto no es solo un acto de consumo cultural, sino un acto de comunidad. Es reconocer que necesitamos estos espacios para hablar de lo que duele, para resignificar lo que nos enseñaron y para celebrar que, a pesar de todo, seguimos buscando formas de expresarnos.

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POB/KPM