En la comunidad de Atlalpan, municipio de Tlaxco, Puebla, un grupo de mujeres impulsa la tradición cafetalera con una visión de inclusión, sostenibilidad y legado.

Se trata de Yalí Café de Mujeres es una marca agroecológica que, desde la Sierra Norte, busca posicionar el café poblano como uno de los mejores del país, así lo expresó Betty Hernández Escárcega, mujer productora de café, en entrevista para Poblanerías.com.

Historia y origen de Yalí Café de Mujeres en Puebla

Betty forma parte de la cuarta generación de cafeticultores en su familia. Su cafetal se encuentra en una región montañosa de Puebla, con clima propicio para la producción de granos de alta calidad.

“Estamos cultivando un café agroecológico porque estamos respetando la biodiversidad del cafetal, las plantas y los pequeños animalitos que existen en la misma”, explicó.

Pero, lo que distingue a Yalí Café de Mujeres no es solo la calidad del grano, lo esencial es que son ellas, las mujeres, quienes están al frente de cada etapa del proceso: siembra, corte, secado, tostado, empaquetado y venta.

“Nos hemos quedado al frente de los cafetales. Estamos regresando a recuperar no solamente el cafetal, sino la cultura y la vida familiar en el campo”, aseguró betty.

Su trabajo combina técnicas ancestrales con distintos conocimientos actuales, pues cultivan variedades como Sarchimor y Oro Azteca, que combinan resistencia a enfermedades como la roya con una alta calidad en taza, este enfoque les permite mantenerse competitivas en un mercado exigente, sin sacrificar la identidad ni la tradición.

Yali Café de Mujeres impulsa un modelo agroecológico y solidario liderado por mujeres productoras poblanas.
(Foto: Mauricio Meléndez /La Resistencia)

Más allá de la producción, Yalí Café de Mujeres es un proyecto que busca generar espacios de comercialización para otras mujeres productoras que aún no tienen una etiqueta propia.

“Queremos que las mujeres que no tengan una marca puedan considerar esta como una opción para comercializar su café”, afirmó.

En ese sentido, Yalí Café de Mujeres también se convierte en una plataforma de aprendizaje continuo. El camino para consolidar un café de especialidad no ha sido inmediato ni sencillo.

Yali Café de Mujeres impulsa un modelo agroecológico y solidario liderado por mujeres productoras poblanas.
(Foto: Mauricio Meléndez /La Resistencia)

Las productoras han invertido tiempo y esfuerzo en capacitarse, conocer su producto a profundidad, renovar plantas, entender los procesos de beneficiado, fermentación y tostado, y mejorar cada parte de la cadena productiva.

Llevamos años aprendiendo a mejorar los procesos y pienso que eso nos está haciendo diferentes. No es de un día para otro, es poco a poquito, despacito, pero lo estamos disfrutando, señala Betty.

Ese ritmo pausado, pero constante, ha sido clave para mantener la calidad del grano y la fidelidad a una forma de trabajo vinculada con la tierra.

Además de formar redes entre mujeres productoras, el proyecto promueve la autonomía económica en zonas rurales. Compartir conocimientos entre generaciones y entre comunidades les ha permitido avanzar juntas, sin depender de intermediarios o modelos extractivos.

Comenta que, la formación técnica y el intercambio de experiencias han sido parte fundamental del fortalecimiento de este emprendimiento.

Frente a los retos que implica emprender desde lo local —en una región donde históricamente los hombres han tenido mayor protagonismo en la toma de decisiones económicas—, Betty menciona:

Que no tengan miedo. Que el no ya lo tenemos, que vamos por el sí. Con políticas públicas, con un acompañamiento técnico, pero sobre todo con la actitud y la voluntad de hacer las cosas, todo podemos lograr.

Legado y tradición de Yalí café de mujeres

Para Betty, Yalí café de mujeres representa mucho más que una bebida, para ella significa cultura, memoria y esperanza.

“Nuestro café da vida para ideas, para renovar pensamientos, para crecer y mejorar nuestra forma de vida”, dijo.

Cada taza que se sirve no solo lleva aroma a montaña, también carga el testimonio de generaciones de mujeres que han trabajado la tierra con constancia.

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“Que en cada sorbo de café que tomas te refleje la vida y la historia, no nada más de una familia, de más miles de familias que vivimos del café”, mencionó.

Así, Yalí se posiciona como un proyecto que reivindica el papel de las mujeres en la cafeticultura, impulsa el desarrollo rural y mantiene viva una tradición que ya suma más de cien años en la región.


CRÉDITOS
Mauricio Meléndez
Kevin Perea

 


POB/MMM