Moda fue tener un radio Nextel y presumirlo 3 calles a la redonda. Fue moda tener canciones de Pitbull en el celular o Ipod aunque todas dijeran lo mismo: “dale mami”, moda fue bailar el ridículo“Gangnam style” aunque no tuviéramos remota idea de que decía la incomprensible letra.

Moda absurda fue volver viral y además realizable en muchos casos el penoso y vergonzoso “Harlem Shake”. Moda pasajera fue comprar ropa Abercrombie o Hollister cuando en Estados Unidos la empresa se caía a pedazos en bancarrota.

Algo o alguien se convierte en moda irremediablemente cuando en un periodo de 6 meses o menos, pasa de ser el centro de atención global para acabar en la memoria que todos quisiéramos olvidar haber querido, comprado o consumido.

La pelotita que 22 haraganes patean de un lado a otro no podía estar exenta de la época de las modas. En Francia tenemos la moda del París Saint Germain que roba la liga a billetazos desde hace 4 años y en Inglaterra al Manchester City que gastando lo impensado trata de construir un nombre en Europa, ambos protagonistas en su país pero en Champions siempre les falta el 5 para el peso.

En España tenemos quizás el ejemplo más conocido aunque diste mucho de ser “Real” y verídico. El Barcelona es el equipo del siglo XXl que levanta ámpula e irritación a donde quiera que va. Forofos de otros equipos se escudan en que antes de Messi y Guardiola “nadie le hacía caso al Barça”, mentira.

La “modita del Barça”, como muchos le llaman, no existe desde hace 7 años que llegó Guardiola al equipo. Mucho antes de Pep, estuvo Rinus Michels (70´s), César Luis Menotti (1983-1984), Johan Cruyff (90´s), Louis Van Gaal (1997-2000) y Frank Rijkaard (2003-2008).


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Todos y cada uno de ellos han cimentado lo que hoy por hoy es el Barcelona. Michels cambió el estilo, Menotti lo pulió, Cruyff lo perfeccionó, Van Gaal lo disciplinó y Rijkaard cosechó. Guardiola lo evolucionó, Tito Vilanova lo continuó y Gerardo Martino lo desaprovechó.

Moda tal vez sea el incremento en el número de aficionados los últimos 6 años. Moda no lo son: 2 tripletes y 3 Champions en 6 años, 1 sextete, 7 ligas en 11 años, 3 copas del Rey y 2 mundiales de clubes en 6 años (podrían ser 3 sí gana el de diciembre 2015).

Moda conocer al Barcelona desde Messi o Ronaldinho, modita no es, haber padecido de fichajes desastrosos como: Marc Overmars Gaizka Mendieta, Ricardo Quaresma, Dmitro Chigrinskiy o Maxi López.

Moda puede ser tener la camiseta con el 11 de Neymar en la espalda, pero no lo es jugar siempre y en todas las canchas a lo mismo. Gane o pierda se muere con la suya, y en un futbol como el actual donde el resultado importa más que la forma, se agradece infinitamente.

Moda puede ser cantar el himno del equipo, pero no lo es, saber  que jugando en casa al minuto 17:14 se reconoce mediante cantos de “Independencia”  cuando en el año 1714 la ciudad de Barcelona fue sitiada por tropas borbónicas al mando del Duque de Berwick, durante la Guerra de Sucesión Española.

Moda es idolatrar a Messi, Suárez y Neymar, pero no lo es, reconocer el mismo estilo de juego antes con Hristo Stoichkov, Baquero, Laudrup, Koeman, Rivaldo, Xavi y ahora con Busquets y don Andrés Iniesta.

Moda es comprar el jersey con las franjas horizontales y el espantoso sponsor de Qatar Airways. Moda no es, tener jerseys tan antiguos y gigantes que no me quedaban hace 15 años que me los regalaron ni ahora tampoco.

Sin Guardiola pero con Luis Enrique, Sin Puyol y Xavi pero con Piqué e Iniesta. Sin Valdés pero con Bravo y Ter Stegen. Sin Messi pero con mucho Lucho y Neymar juntos.

La pletórica exhibición del sábado en el Bernabéu (0-4) confirma la vigencia de un producto que parece no tener fecha de caducidad. Confirma que más allá de moda, lo del Barcelona es un “modus vivendi” que cambia de nombres pero no de idea y filosofía. La cátedra de Iniesta y Busquets, la inteligencia de Sergi Roberto y la contundencia noqueadora de la MSN confirman que la “moda” del  Barça, damas y caballeros…es una farsa.

 

POB/TSC