Valle Puebla-Tlaxcala centro de carnavales

Zona en la cual se siguen realizando cerca de 800 carnavales.

El valle Puebla-Tlaxcala es una zona en la cual se siguen realizando cerca de 800 carnavales. En entrevista con Notimex Ernesto Licona Valencia, profesor investigador del Colegio de Antropología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, comentó que “prácticamente todos los pueblos de ambas entidades tienen carnaval”

Dijo que los carnavales que se realizan en dicha región se dividen en dos: aquellos que giran en torno a batallones, como los presentados en Huejotzingo , San Martín Texmelucan y Cholula, y aquellos que giran en torno a camadas, como los realizados en Tlaxcala.

Hay un registro, que no es municipio por municipio, ni comunidad por comunidad, pero alrededor de 800 carnavales hemos logrado registrar. Es una cantidad impresionante de carnavales en esta zona y región, señaló.

Comentó que hay carnavales indígenas los cuales representan sucesos históricos o de manera satírica un evento de la vida cotidiana.

Señaló que, aquellos que se realizan en los barrios de la capital poblana no hay representaciones teatrales, como en el caso del carnaval de Huejotzingo, que tiene como tema “El robo de la hija del alcalde”.

En el caso de las zonas de  la Malintzi se representa la boda indígena, con teatralizaciónes de un suceso histórico o de una evento de la vida cotidiana, resaltó el académico de la BUAP.

Añadió que en la parte del volcán de la Malinche se representa fundamentalmente la puesta indígena, tal como se lleva a cabo en la vida diaria actualmente, con sus personajes en donde hay uno que se llama la Xilona, que es único en esa región.


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La xilona es el hombre que se viste de mujer, esta mujer altiva de la ciudad española y que se adapta con dicho nombre, con su atavío tradicional como es su babero, su faldita y sus movimientos, y son ellos que junto con los huehues o los negros, como se les llaman en la zona de la Malintzin, los que participan en la representación de la boda indígena, afirmó.

Licona Valencia explicó que en aquellas zonas donde hay batallones la organización y la representación teatral son de otro tipo, como la batalla de Puebla.

Sostuvo que todo evento cultural o prácticas socioculturales evolucionan y cambian, “es una de las cosas fundamentales de dinamismo en donde van incorporando elementos nuevos y van desapareciendo otros, además que otros continúan.”

Agregó que una muestra de lo anterior son las cuadrillas que lo conforman, sujetos y grupos que vana a danzar, quienes se dividen, se pelean, y hay pugnas socioestéticas, al ver qué se van a poner, cuál va a será la vestimenta por usar y con quién van a bailar.

Las festividades del carnaval arrancan los primeros días de febrero, ya que en ciertos poblados coincide con el ciclo agrícola, por ejemplo, la zona de los volcanes hoy va a bendecir sus semillas.

El día 17 de enero comenzó con la bendición de los animales, día de San Antonio. Ahora el 2 de febrero viene la bendición de las semillas, las que va a usar en el cultivo del ciclo; en esa zona, el 5 de febrero van a su manantial y hacen un ritual en la montaña, en una capilla a Don Bosco en donde hay misa, ya hubo cambio de mayordomo a principios de enero, refirió

El investigador del colegio de Antropología de la BUAP precisó que el carnaval es un ritual y celebración cíclica, permitida, colectiva y que forma parte de todas estas celebraciones, de ahí que sí se puede interpretar en ciertas zonas como parte del inicio del ciclo agrícola, que empieza con la bendición de las semillas y los animales.

Consideró que cada uno de los carnavales de la región Puebla-Tlaxcala tiene su peculiaridad; en la zona de los volcanes es único por sus personajes, pero entre los correspondientes a las localidades de La Resurreción y Canoa hay diferencias.

Ejemplificó que en la junta auxiliar de La Resurreción han incorporado cuadrillas de jóvenes rockeros; “es muy llamativa esa cuadrillas de jóvenes indígenas, vestidos de negro, su corte y peinado peculiar, pero lo anterior junto con las cuadrillas tradicionales de huehues y xilonas”, comentó.

Con respecto a la zona de Tlaxcala también hay diferencias. Al especialista le gustan los chivarrudos, que son parte del carnaval de Zacatelco, debido a su narrativa poética, que es uno de los aspectos que llama la atención; en Papalotla, dijo, los charros o los huehues son impresionantes por sus vestimenta.

Resaltó que turísticamente el de Huejotzingo es el que sobresale por ser masivo y espectacular; “se involucran práticamente todos los habitantes y en efecto es espectacular, al igual que en Cholula las cuadrillas de dicho pueblo son espectaculares, pero tienen sus particularidades”, dijo.

Añadió que todos los carnavales tienen algo representativo, y en el caso de Tlaxcala el que roba reflectores es el Papalotla, el más representativo, “en términos estéticos y la participación de unos ocho barrios y de sus cuadrillas son colectivas, los bailes espectaculares y turísticamente es importante, por el sentimiento y el gusto con el que bailan”.

Licona Valencia consideró que los carnavales surgen y se matienen a través de dos aspectos importantes, el territorio y el parentesco, es decir, la adscripción a territorio, a un barrio de pueblo, y luego un barrio es el sustento territorial de las cuadrillas.

 

POB/JMVA