En una sociedad globalizada la tecnología permite al usuario tener acceso inmediato a una gran cantidad de imágenes, esto quizá evite reflexionar sobre lo que comunican, su durabilidad, la importancia de conservarlas y el vínculo que guardan con la memoria y la construcción de un futuro.

En la BUAP, estos temas son materia de interés científico y académico que se demuestra en el trabajo que desarrolla el Laboratorio Universitario de Imagen y Memoria (LUIM).

Desde su creación en 2016, en la gestión, conservación y difusión de materiales fotográficos, sonoros y audiovisuales, vinculados al patrimonio cultural material e inmaterial de distintos grupos socioculturales de Puebla y el resto de Latinoamérica. Uno de sus propósitos es preservar la memoria a partir de la imagen cotidiana como una forma de fortalecer nuestra identidad.

Al respecto, el titular de este laboratorio, el doctor Iván G. Deance Bravo y Troncoso mencionó que el LUIM fue diseñado junto con investigadores de distintas unidades académicas de la BUAP, así como con colegas del Instituto Nacional de Antropología y del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

En esta construcción, los investigadores de LUIM retoman temas de la vida cotidiana que en algunos años quizá no tengan exposición digital, ya que lo común es preservar la imagen histórica de elementos que tradicionalmente son “importantes” y no aquellos que dan cuenta del día a día de la gente, de la cotidianidad familiar que da forma a una construcción social que nos ofrece una memoria para el futuro.

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Foto: Cortesía BUAP

Iván Deance, junto con su equipo formado por los doctores Verónica Vázquez Valdés, Mónica Medina Cuevas, Alejandro Jiménez Arrazquito, Isuki Castelli Olvera y Luis Fernando Gutiérrez Domínguez, junto con otros colaboradores, trabajan bajo lineamientos establecidos por la UNESCO en el Programa Memoria del Mundo, la Asociación Internacional de Historia Oral (IOHA) y el código de ética del Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales (CEAS). Gracias a su perfil y a la capacitación que han tenido en instituciones extranjeras innovan al combinar la fotografía analógica y los formatos digitales.


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Preservar el presente con técnicas del pasado

Parte del trabajo que se desarrolla en este laboratorio se vincula a la digitalización de la imagen, ya sea de fondos históricos, donaciones o de gráficos que generan de la vida cotidiana. Esta labor la realizan con cámaras digitales de alta resolución, pero también llevan a la práctica procesos tradicionales, es decir, con fotografía analógica.

Este trabajo se realiza en una de las unidades especializadas con las que cuenta el LUIM, la de procesos digitales que destaca por su metodología. Ahí no recurren al escáner para reproducir la imagen, sino a fotografías de alta resolución, ya que son más rápidas y ágiles que los escáneres de cama plana. En este proceso, detalla el investigador, se cuida el perfil de color y se calibra tanto la cámara como los monitores procurando evitar que los objetivos de la cámara generen aberración cromática u otros efectos no deseados.

La cámara de alta resolución se acompaña de luces con temperatura de color especial y lámparas retroiluminadas que permiten digitalizar los negativos y diapositivas. Una vez digitalizadas se hace una revisión del enfoque, así como de otros procesos en la computadora, a fin de obtener un negativo digital de la fotografía a la que se le pueden sumar diversos metadatos.

Iván Deance mencionó que su metodología de trabajo responde a que los formatos digitales tienen una vida efímera, curiosamente impuesta por el propio ritmo que mantienen las actualizaciones tecnológicas, que implican continuamente nuevos estándares de resolución.

Unidades especializadas

Otra de las unidades con la que cuenta el LUIM es la de procesos químicos, donde realizan limpieza física y química de los materiales, así como revelado y ampliación de fotografía. En este espacio también desarrollan diversas técnicas no tradicionales para llevar a cabo el trabajo requerido con estrategias más sostenibles como el revelado fotográfico con café.

Una vez que el acervo está limpio y restaurado se ubica en la unidad de catalogación para después ser almacenado en la bóveda de conservación, una unidad con temperatura y humedad controlada para mantener en condiciones óptimas los materiales históricos y contemporáneos de fotografía química, audiovisuales, cintas magnéticas, entre otros.

Proyectos, vínculo entre Universidad y comunidad

Actualmente el LUIM trabaja con un fondo fotográfico y sonoro del antropólogo norteamericano Ralph Harland Cake, quien vivió cerca de Atlixco y registró oficios, costumbres, así como el entorno de la población de diversos municipios a mediados del siglo XX. Con este material, compuesto por más de 20,000 imágenes, se trabaja una exposición que conmemorará el aniversario 440 de la fundación de Atlixco, entre otros proyectos, explicó la doctora Verónica Vázquez.

Además de la exposición de Atlixco, el LUIM ha participado en otros proyectos como la filmación de un audiovisual documental que coordinó la doctora Mónica Medina junto con el maestro Alejandro Jiménez, en el que se registró la restauración del retablo mayor del templo de Santa Inés, en Zacatelco, Tlaxcala y el significado que tiene este elemento religioso para la comunidad. También han montado un archivo digital fotográfico, a partir de material donado por habitantes de la comunidad ítalo-mexicana de Chipilo, un trabajo financiado por la SEP, PRODEP y BUAP.

 

 


POB/LFJ