Urias Montiel Merino tiene 28 años y fue diagnosticado con “epilepsia alarmante” cuando tenía seis meses de nacido.Sombra

La causa, el uso de fórceps o tenazas al momento del alumbramiento. El artefacto le ocasionó falta de oxígeno.

Me llegué a poner morado y tuvieron que meterme a la incubadora rápidamente para que pudiera normalizarme”, comentó a Poblanerías en línea.

Tras un recorrido por varios médicos que no lograron detectar su padecimiento, el joven nacido en Texas, Estados Unidos, llegó a la ciudad de Puebla, donde los especialistas determinaron que tenía “epilepsia generalizada alarmante”.

De todas las tipologías de esta enfermedad, Urias forma parte de ese 30% de pacientes que pese al consumo diario de medicamentos, presentan crisis convulsivas dos o tres veces al mes.

He tenido accidentes a causa de las convulsiones; por ejemplo, una vez mientras dormía, tuve una crisis y me caí de la cama, lastimándome la cara y consecuencia de ello me tuvieron que poner algunos puntos”.

Por esta razón, debe evitar los escenarios que le provoquen crisis, como la exposición prolongada en el sol, el esfuerzo físico y el estrés.

Un día de su vida

Al cuestionarlo sobre su rutina diaria, Urias describió que debe tomar cuatro medicamentos diferentes cada 12 horas, como parte de su tratamiento.


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Es difícil conseguir trabajo

Hace cuatro años, Urias Montiel terminó la carrera de psicología y está en proceso de titulación; sin embargo, ha enfrentado adversidades para conseguir un empleo y actualmente, solo se mantiene con una pensión que recibe del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).Empleo

Me han dicho cosas como que no pueden hacerse cargo de mí o que si tengo una crisis, no sabrán cómo controlarme y por eso me cierran las puertas”.

Aseguró que sufrir epilepsia no es un impedimento para laborar y consideró que la desinformación es el principal factor para mermar a muchos de los pacientes con esta enfermedad, pues con el tratamiento y precauciones necesarias, pueden llegar a desarrollar muchas actividades.

Esta no ha sido la única experiencia laboral negativa que ha tenido. Desde el servicio social, Urias se ha enfrentado a la discriminación.

Estaba en una dependencia de salud realizando mi servicio social, cuando una vez tuve una crisis y me sacaron, porque decían que no sabían cómo actuar”.

Una situación similar pasó cuando laboraba en una tienda de autoservicio, que lo despidió por el mismo motivo.

Canalizar su experiencia

Los episodios de discriminación han llevado a Urias a elegir la psicología como la carrera profesional que desea ejercer, pues a través de ella ha logrado entender más sobre la epilepsia y a aceptarla.

Ahorita ya estoy conformado y resignado, ya llevo 28 años así; pero al principio era difícil, porque te enfrentas a comentarios y acciones que no te gustan, sino que te hacen sentir mal”.

Sin embargo, la psicología no fue su primera opción. El joven deseaba ingresar al área de medicina.

Mi familia intervino para que no escogiera la carrera de medicina, sobre todo porque podía darse la situación de que entrara a una cirugía y sufriera una convulsión”.

La aspiración de Urias es lograr su titulación y ejercer su carrera para ayudar a más personas con epilepsia; por ello, su tesis se basa en la epilepsia y la discriminación.

Desafortudamente, existen muchos estereotipos y cuando alguien se entera que tienes esta enfermedad, te catalogan y no se dan esa oportunidad de conocer más a la persona y al padecimiento”.

Considera que a través de la propagación de más y mejor información, disminuiría el maltrato del que muchos de los pacientes con epilepsia son víctimas.

Proyectos futuros

Como muchas personas, Urias Montiel tiene sueños y proyectos por lograr.

El joven comenta que su principal meta, hasta el momento, es lograr la obtención de un título universitario de lo acredite como psicólogo profesional.

Después de ello, me gustaría encontrar un trabajo donde me reconozcan por lo que puedo aportar y no se me juzgue por este padecimiento”.

Respecto a su vida personal, también le gustaría encontrar una pareja y formar una familia.

A veces me decepciono, porque cuando las chavas saben sobre mi padecimiento se asustan o no reaccionan de buena manera y entonces es cuando digo que no me gustaría “aventarme” a algo así, pero después creo que es posible”.

 

POB/GACC