Diluidos y arrinconados por decisión personal, existen como membretes, solo queda eso del lejano pasado en la época dorada, cuando eran los rimbombantes organismos empresariales poblanos.

Algunos gustan del masoquismo en papelito; es decir, arman sus discursitos para sufrir públicamente por todo lo que ocurre en el país. Otros le han entrado al voyerismo y gustan solo de ver, sin meter las manitas. Algunos más eligieron la tendencia swinger y se prestan para todo lo que les sugieran hacer, aprobar o bien cuestionar.

De aquellos y buenos tiempos del sector privado local aglutinado en los organismos afiliados en el Consejo Coordinador Empresarial y Centro Empresarial de Puebla- Coparmex quedan los vagos recuerdos. Tal vez, los relevos generacionales trajeron los nuevos aires de cambios y muchos, muchos negocios.

Los empresarios comunes y silvestres, los que realmente se la juegan con sus micros y medianas empresas en el día a día, poco o nada de interés tienen en estos organismos patronales, muchos de los cuales siguen subsistiendo gracias a los “generosos” subsidios que reciben de los gobiernos en turno.

En pocas y palabras claritas: Se han convertido en peones de bombín y bastón que han pasado a ser porristas de gobiernos y gobernantes.

Los pronunciamientos que en los últimos tiempos han hecho estos organismos patronales, están muy lejos del pensamientos real de sus cada vez menos agremiados que eligen estar fuera de las cámaras, antes que seguir simulando formar parte de supuestos organismos intermedios que carecen de una calidad moral para fijar algún posicionamiento.


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El actual Consejo Coordinador de Puebla vive en una constante simulación, pues a su actual líder, Carlos Solana Montiel no lo hemos visto fijar posicionamientos críticos y objetivos sobre tantos temas “puntillosos” que golpean a sus afiliados.

Todo se ha quedado en la pose, en la foto, en la apariencia de decir y declarar para el foco y reflector, pero en la realidad, elegir guardar silencio ante esos temas que pueden golpear mucho y jugosos negocios que se hacen al amparo del poder.

El caso de Coparmex Puebla con su campaña anti corrupción orilló a muchos empresarios a hacer mofa de la misma. El di no a la mordida pasó de la seriedad a la risa cuando entre los patrones se preguntaban cómo le iba a hacer Coparmex si este organismo recibe jugosos subsidios gubernamentales.

En momentos donde una sociedad en constantes cambios y transformaciones exige empresarios no solo con representación social, también con representación moral, se diluyen cada vez más, estas formas de representatividad empresarial, que al igual que los viejos y sempiternos sindicatos, se muestran como figuras obsoletas y poco funcionales para lo que reamente demanda su propio gremio.

Hoy hay una carencia de liderazgos. Muchos empresarios poblanos ven de lejitos a estos organismos patronales cuya época de oro, es sólo un recuerdo, al parecer eligieron la mordaza y la complicidad como una nueva forma de hacer negocios personales a través de sus “honorables” cargos.

@rubysoriano


POB/LFJ