Ella es periodista, fotógrafa, escritora. Es mujer y es poblana que no es poco decir. Sobre todo cuando observo las imágenes que montó en su exposición Mujeres Indígenas en la Universidad de Haifa.

Y veo a Puebla desde Israel, entre otras cosas, por sus mujeres. Esas mujeres poblanas que Bilhá me regala desde allá. Las mismas que me recuerdan a Cuetzalan, La Mixteca, La Sierra Negra, La Sierra Norte. La poblanidad que a través de las imágenes ella, Bilhá, hace que recorra el mundo.

A la distancia, le pido una entrevista para conocer su visión de Puebla. Accede y recurro a dos párrafos, que escribió en Israel en línea en sus Retratos de Tina, cuando se veía a sí misma en la tensión previa de la inauguración de la Exposición que refiero, para que jueguen el papel de introducción y que le dan sentido a sus respuestas.

Los pensamientos inundan mi espejo con todas aquellas cosas que no he sido y las muchas que quisiera ser hoy. Quisiera que el reflejo no me devolviera transparente con las trivialidades que me desencajan.”

“Siento una distancia aplastante, lejos de mis decisiones, de aquellas cosas que tomé y las que dejé ir. Me dedico a resolver las cosas que tengo a mano para que no se apilen las razones que tengo para sucumbir ante el miedo.”

Los dejo con ella:

Cómo sientes la poblanidad a la distancia. Cómo ves a Puebla.

Siempre que escucho la palabra “poblano” pienso en la novela de Mastretta “Arráncame la vida” con su descripción de la sociedad poblana profundamente conservadora. Para mí nuestro Estado es un lugar verdaderamente privilegiado y mirarlo desde un lugar como Jerusalem es un contraste casi doloroso. Israel sufre por la falta de recursos naturales, su gente vive en medio de un conflicto étnico;  es un espacio peleado con un mundo de historia que, sin embargo, ha visto la destrucción y modificación de sus edificios más valiosos a causa de la guerra. Nosotros en Puebla tenemos tanto y mucho de ello se nos va de entre las manos a causa de la corrupción  que permea hasta las paredes de nuestra historia.


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¿Quién es, qué hace y en dónde Bilhá Calderón?

Soy periodista, cosa que suena mucho más elegante de lo que realmente es.

Comencé mi trabajo de periodista en 2008, mi trabajo escrito y fotográfico ha sido publicado en diferentes medios nacionales y locales, tanto  impresos como digitales.

A partir de mis experiencias en México, con el ambiente político que me tocó vivir cuando comencé a ejercer, temas que permanecían latentes desde mi formación en la universidad surgieron y eso me llevo a la maestría. Mi tema de interés fue el  de la violencia estructural; esa violencia que viene de los espacios cotidianos, parece invisible y se hace un círculo vicioso en el que las necesidades de los grupos afectados son negadas continuamente.

Actualmente en Jerusalem trabajo con una ONG que se llama All for Peace Radio, donde tengo un programa de radio donde discutimos sobre el trabajo de la organizaciones no gubernamentales en Israel y Palestina, analizamos cómo es que estos grupos suman su trabajo y esfuerzo a la construcción de paz duradera en el conflicto Israelí-Palestino, que es por supuesto el objetivo último.

Soy corresponsal para Radio Trece Noticias (radiotrece.com.mx 1290am) donde hago reportes sobre los diferentes conflictos y doy análisis sobre asuntos internacionales en Medio Oriente.

Escribo una columna llamada Retratos de Tina para un medio Israelí llamado Israel en Línea que se publica también en un medio poblano llamado Mundo Nuestro; colaboro además con una revista diplomática llamada World of Diplomacy in Israel y con la revista española FronteraD.

Ser periodista, como ven, quiere decir que uno se la pasa escribiendo y en sus ratos libres se truena los dedos esperando que no le corten la luz. Así el mundo de hoy.

¿Está contemplado el retorno?

Cuando pienso en los momentos importantes de mi vida, los pienso en México, con mi familia, con los viejos amigos, con la gente que me conoce y a la que aprecio. Pero después viene el día a día y me lleno de dudas.

Es difícil  describir la sensación de distancia e impotencia que uno siente estando tan lejos de casa. Cuando uno está fuera, lo único que tiene a la mano para informarse sobre cómo van las cosas en nuestro país son las noticias y la información que viene de la familia o amigos. Las redes sociales ahora ayudan, pero no es lo mismo saber que algo sucede en tu ciudad natal, como lo es vivirlo. Un ejemplo, y entre aquellas cosas que envidio, es que me he perdido de ver al volcán haciendo erupción; por mucho que haya visto fotos y me hayan  contado, no es lo mismo.

Pero esa sensación también se  traspasa a los asuntos políticos, económicos, etc. Y no me dejarán mentir cuando les digo que lo poco que sale de Puebla es por demás triste. Es evidente el nivel de corrupción e impunidad cuando de la nada comienzan a saltar nombres que en años pasados han estado ligados con asuntos turbios y ahora aparecen en puestos públicos. La rueda de la vergüenza, perdón, de la fortuna es un insulto,  la destrucción del patrimonio histórico para el capricho de un gobernador arrogante es terrible. En Puebla parece que no hay ley que valga, cada quien se tiene que rascar con sus uñas y después rendirle pleitesía a uno más de estos gobers que tienen por misión pasar a la historia como vulgares dictadorzuelos.

¿Qué te relaciona con Puebla?

Las dos cosas más importantes de mi vida: mi familia y mi formación.

La universidad fue un espacio muy importante para mí, estudié Ciencias Humanas en la Ibero y fue a través de mi formación ahí como me hice de las bases de lo que después me ayudaría a plantearme las grandes preguntas que rigen mi carrera.

¿Cómo se ve Puebla desde la lejanía? ¿Cuándo piensas en Puebla que es lo que primero se te viene a la mente?

Puebla es especial para mí. Ahí crecí como adolescente y conservo grandes amistades, ellas me han impulsado a hacer las cosas que hago hoy.

Tengo el privilegio de conocer el estado en su totalidad, sus municipios y pueblos. La experiencia de vivir en un lugar tan diverso con espacios antagónicos. Puebla es un estado tremendamente rico, solo hay que revisar su historia, caminar por sus calles, visitar sus pueblos, embobarse con su catedral.  Es nuestra obligación, creo yo, el pensar en el tipo de ciudadanos que queremos ser, informarnos, valorar el lugar en que vivimos y a quienes comparten este espacio.

Somos poblanos porque venimos de un lugar con una historia, recordemos eso cuando nos vengan a tratar de ver la cara con que es mejor poner un puente para los carros en vez de conservar el patrimonio histórico. Venimos de un lugar con gente trabajadora y noble, recordemos eso cuando los politiquillos fantoches nos quieren pasar encima con mentiras y con esa desfachatez con la que nos quieren robar hasta el derecho a quejarnos. Venimos de una Puebla rica en recursos, recordemos eso cuando nos quieran quitar nuestros manantiales, nuestros minerales, nuestro petróleo e inclusive el aire.