Existen dos propuestas para dirigir los destinos del municipio de Puebla: Puebla Unida y 5 de Mayo.

Tony Gali o Enrique Agüera.

Con escasa posibilidades, el PT con Miguel Ángel Ceballos López es la tercera propuesta.

Hasta ahora, en seis semanas de campaña, no existen propuestas dignas de rescatar.

Sólo campañas sucias, negras, basura, denuestos y descalificaciones. Pero nada nuevo. En serio, nada que el votante no haya sabido ya por diferentes medios.

Las riquezas inexplicables, los prestanombres, los excesos, las propiedades.


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Todo ya sabido y rescatado por los sesudos asesores que cobran millonarias sumas.

Los procesos electorales, la democracia, han tocado fondo. Es el sistema, son las estructuras, es la ideología, en ocasiones también los candidatos; en otras, estos también son víctimas.

Es un asunto cultural, surgido desde la Colonia en la Nueva España, en el afán de cubrir los enormes gastos de la Corona, la corrupción creció al grado de que ser funcionario de la Corona en la Nueva España era un extraordinario negocio para ambas partes.

Para la Corona y para el funcionario.

Por tanto, convertirse en Virrey, secretario del virreinato, gobernador, oficiales reales, ministros de audiencia, alcaldes mayores, jueces, intendentes de policía y hacienda, maestros de armas, sacerdotes, oficiales de la armada y demás, era toda una odisea.

Costaba harto trabajo pero valía la pena.

Corrupción, fraudes, trampas, insidias, golpes bajos: la mierda en el ventilador pues, era lugar común en la disputa de los cargos.

Y estos se vendían y se compraban.

Los puestos costaban una buena lana.

Junto con ellos se adquiría la licencia para enriquecerse a costillas del erario.

Era una práctica legal.

Las reformas borbónicas del siglo XVII intentaron combatir la corrupción de este sistema y ni Felipe V, Fernando VI o Carlos III, en el curso de 80 años, lograron frenar el ejercicio de un puesto para enriquecerse.

Un capitán de navíos informó al rey de España, en 1707, que era conocido y bien sabido por todos, que a quienes enviaba como virreyes, no eran personas honorables y sin tacha, llegaban con una mano atrás y otra adelante y con deudas enormes.

Lo impresionante era que después de ejercer el cargo comprado, pagaban deudas y regresaban a España como hombres respetables y con enormes cantidades de oro.

Se compraba el prestigio, la posición social y la riqueza.

Un buen negocio.

La aspiración al poder, con el fin de convertirse en respetable y rico, no ha cambiado, solo ha ido tomando la forma que los tiempos le marcan.

Insisto, es un asunto cultural.

Legal o no, la corrupción y el poder van ligados de la mano.

Ahora saben ya quién o quiénes nos gobernarán.

Y para qué.

Solo hay de dos sopas.

O fideos o jodeos.

Y las dos están de la chingada.

Poblanetas

BUAP, el retorno del Jedi

Me dicen, me cuentan, que Javier Casique ya anda por estos rumbos. Y que se ha reunido con universitarios. Y que los está asesorando. ¡Ora! ¿Y para qué?

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