Es un delito recurrente, constante, repetido. La extorsión telefónica es una agresión social de moda, actual.

Y poco o nada se hace para combatirlo.

El Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla, a través de Andrea Ambrogi, su presidente, ha vuelto a poner el dedo en la llaga. Y convoca a las autoridades federales a combatir un delito del cual poco se habla pero mucho se padece.

Secuestros y extorsión se arman en muchos de los penales del país y no se conoce política pública o estrategia gubernamental que los combata o los frene. Desde hace varios meses, Ambrogi lo ha mencionado de manera repetida.

Con datos del Consejo que preside, Andrea menciona que son 428 centros penitenciarios en México y que en el año 2013 hubo, de acuerdo a los registros, seis millones de intentos de extorsión telefónica y que el cuatro por ciento lograron su cometido.

Grave; sólo en el 2013 hubo 240 mil delitos de extorsión que lograron obtener entre 500 y 50 mil pesos de ciudadanos que cayeron en las redes de la delincuencia. Fueron más de 6  mil millones de pesos los que obtuvieron los pillos por concepto de extorsión telefónica.


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Tiene razón Andrea Ambrogi, los penales de México se han convertido en call centers de una rama de la delincuencia que poco ha sido combatida y a la cual, claro que sí, se le permite una actuación impune.

Un dato más que aterra: en Puebla se da un intento de extorsión telefónica cada tres minutos. O sea 20 en una hora; 480 al día. De esos 24, de acuerdo a los datos y cálculos del Consejo Ciudadano, logran su cometido.

El Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla ha cumplido con su función y su razón de ser.

Y de acuerdo al Consejo, sólo la Federación tiene los recursos, la capacidad técnica y la logística, suficiente y necesaria para combatir este delito.

¿Lo harán?

¿O seguirán permitiendo el ilícito?

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POB/LESF