La muerte corta la presencia de los humanos en la Tierra, pero eso ocurre diferente en Internet y redes sociales, donde la actividad que se desarrolló en vida y bienes en el ciberespacio siguen vigentes.

Las piezas de información en la red, como fotos, videos y textos en los perfiles de Facebook, Twitter y demás redes sociales permanecen después de la muerte, incluso tienen vida propia al continuar circulando o siendo alimentados por familiares y amigos.

En Facebook, se estima de 428 usuarios de esta red social mueren cada hora y más de 10 mil fallecen diariamente, convirtiendo a la plataforma en un gigantesco cementerio cibernético.

Si no sabes qué hacer con las redes sociales de un fallecido, aquí algunos consejos:

 

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POB/BDH